Sigue la polémica con la pólvora en las fiestas de Moros y Cristianos porque ha incrementado su precio y de esta manera, los actos de arcabucería se ven amenazados con el empobrecimiento de estos actos o incluso con la desaparición de estos.
La Federación Nacional de Asociaciones de Moros y Cristianos, la UNDEF, ha emitido un comunicado donde manifiesta que diversos factores dificultan esta situación como la excesiva burocracia en la tramitación de permisos y licencia para realizar el acto de arcabucería, la disparidad de criterios de las distintas administraciones autorizantes para obtener la pertinente autorización, las insuficiencias, vacíos y lagunas reglamentarias y el desorbitado precio de la pólvora negra para arcabucería.
La presidenta de la UNDEF, Pepa Prats, ha protagonizado hoy un acto en Ontinyent con representantes de entidades festeras de 18 poblaciones de Valencia, Alicante, Murcia, Cuenca y Albacete donde todos han exigido al Ministerio del Interior que abarate el precio de la pólvora y se unifiquen los trámites sobre la pólvora entre las diferentes administraciones. Pepa Prats ha pedido a los políticos que “se pongan las pilas” para solucionar este problema y no poner en peligro la fiesta.
El Delegado de la UNDEF en la zona, Manolo Ortuño, que es a su vez presidente de la Asociación de Fiestas de Moros y Cristianos de Orihuela ha explicado que «hay que tener en cuenta que si cada festero tiene que pagar por la pólvora, por el alquiler del trabuco, por la cantimplora y por todo lo que necesite para los actos de arcabucería, al final se gasta mucho dinero y no se lo puede permitir». Con la reducción de participantes que provocaría el incremento del coste de la pólvora y los diversos factores que dificultan la celebración de estos actos, hace que estos llegaran a escasear e incluso a desaparecer dentro de las fiestas de Moros y Cristianos.
«Es mucho dinero, porque aquí en Orihuela solo hay un acto de pólvora pero en otros lugares se celebran dos actos con pólvora, lo que duplica el coste de dinero», argumenta Ortuño.