Extraordinario puede volver a calificarse el hallazgo de un nuevo ejemplar de dragón azul (Glaucus atlanticus) en nuestras aguas, concretamente en la playa de La Mata de Torrevieja.
Lo sorprendente es que los dragones azules son moluscos de origen tropical y nada habituales en el mar Mediterráneo, de hecho, cuando se hallaron los últimos ejemplares en el verano de 2021 en nuestras costas, hacía más de trescientos años que no se tenía constancia de esta especie con esta localización geográfica, según recogía el estudio y artículo científico en el que trabajó el biólogo municipal de Torrevieja, Juan Antonio Pujol.
Crónicas Naturales de Torrevieja informa que la nueva aparición de dragón azul tuvo lugar este pasado 16 de agosto cuando un bañista lo localizó vivo en la orilla y lo entregó al servicio de socorrismo del Ayuntamiento de Torrevieja que gestiona la empresa Eulen. Además, ese día, también encontraron un caracol azul (Janthina spp.), una de las especies sobre las que preda el dragón azul.
Lamentablemente, el dragón azul hallado murió poco después y está depositado en el departamento de Zoología de la Universidad de Murcia. La cita ya está registrada en el Banco de Datos de Biodiversidad de la Comunidad Valenciana.
Descrito por primera vez en 1705
El dragón azul fue descrito por primera vez por el médico y naturalista germano-polaco Johann Philipp Breyne en 1705 tras identificar unos ejemplares recogidos al sur de Ibiza. Ya hasta agosto de 2021 no se volvería a tener registro con los ocho dragones azules aparecidos en las costas de Guardamar del Segura, Orihuela y Torrevieja. Posteriormente, también se observó otro más en Jávea y en primavera de este año 2023 se tiene constancia gráfica de otro más en aguas de Italia.
La llegada del dragón marino azul al Mediterráneo se debe a que ha sufrido el arrastre de las corrientes atlánticas al ser un pequeño molusco que vive flotando en la superficie del mar. Otras de sus características de los dragones azules está en su alimentación ya que se nutren de organismos que también viven flotando en la superficie del mar y son capaces de concentrar en sus tejidos las células urticantes características de las especies que consumen como las carabelas portuguesas.