En los últimos meses han ocurrido numerosos eventos que han influido en el precio de la luz: la entrada en vigor de la nueva ley electricidad que ha llevado a las comercializadoras a rediseñar sus tarifas, las tensiones políticas que han elevado el precio del gas (y con ello, el de la luz, en el mercado regulado), la climatología no siempre favorable a la producción energética mediante fuentes renovables…
Y todo ello ha provocado que muchos usuarios se replanteen su propia situación energética. Si ese es también tu caso, en este artículo te mostramos algunos aspectos que debes tener en cuenta para tomar tu decisión sobre el cambio en tu contrato eléctrico.
Puedes discriminar… o no
Prácticamente toda la ciudadanía ha interiorizado los tramos horarios que están vigentes en la actualidad, fruto de la última ley de electricidad. Resumiéndolo mucho: la electricidad sale más barata de madrugada, los fines de semana y los festivos. Esto es así con carácter general, pero en realidad, todo depende del contrato firmado con la comercializadora. ¿Sabías que puedes firmar un contrato con tramos horarios distintos a los que marca la ley o, incluso, sin tramos horarios para pagar siempre el mismo precio todas las horas del día? Esto es válido para aquellos hogares y pequeños negocios que tienen unas necesidades específicas, incapaces de ser satisfechas por medio de los horarios de punta, llano y valle marcados por la ley.
La potencia también tiene discriminación
Cuando pensamos en la discriminación horaria, nos viene a la cabeza el consumo, es decir, la electricidad usada. Pero hay otro concepto básico que, además, forma parte del importe que pagas en cada factura: la potencia contratada, es decir, el número máximo de kW que tienes a tu disposición en un momento determinado. A mayor número de kW, mayor número de dispositivos que puedes tener conectados a la vez. Pues bien: esta potencia también está sujeta a discriminación horaria, de modo que es posible disponer de más potencia en horas valle (cuando es más barata) y menos en horas punta (cuando es más cara), si así te viene mejor.
¿Quieres autoconsumir? Echa bien las cuentas
El autoconsumo eléctrico es una realidad en muchos hogares y empresas, especialmente desde que se suprimió el llamado ‘impuesto al sol’ en 2018. Pero antes de lanzarte a llenar tu tejado de paneles solares, debes echar cuentas, puesto que supone una alta inversión económica. Lo normal es que esa inversión acabe siendo amortizada, pero… ¿cuándo? En función de tu consumo, esa amortización puede llegar, por ejemplo, al quinto año o al decimoquinto, lo cual cambia mucho. Por tanto, te sugerimos valorar a fondo los siguientes aspectos:
- ¿Qué incentivos y ayudas hay en tu comunidad autónoma?
- ¿Qué cantidad de kW estás consumiendo en la actualidad?
- ¿Tienes pensado añadir un coche eléctrico a tu hogar? Eso elevaría mucho el consumo de electricidad
- ¿Quieres añadir acumuladores para usar el excedente de electricidad por la noche?
- ¿Prefieres verter a la red eléctrica ese excedente de electricidad para acelerar la amortización de la inversión y reducir la factura mensual?
- ¿La orientación de tu tejado es la adecuada para los paneles solares?
En cualquier caso, debes saber que prácticamente todas las comercializadoras de electricidad cuentan ya con una tarifa específica para el autoconsumo y proporcionan estudios y simulaciones que te servirán de guía.