El centro urbano de Rojales ha recuperado la normalidad tras la reapertura del puente del siglo XVIII al tráfico rodado y peatonal. Se trata del conocido puente de Carlos III que, junto al azud, la noria y La Comuna, están pendientes de ser declarados BIC.
El puente solo tiene un sentido de circulación de vehículos. Se puede pasar únicamente desde la margen derecha del río Segura hacia la izquierda. Con ello se pretende reducir la presión de vehículos a motor hacia este puente y que el nuevo suelo de granito se vea afectado lo menos posible. También para que los peatones tengan más seguridad vial.
La decisión para reabrir el puente se tomó este miércoles tras una reunión entre técnicos municipales y de la empresa que ejecuta la actuación, al considerar «beneficioso la retirada del perímetro vallado y permitir el paso por el puente para conseguir tanto una mayor fluidez en la circulación y mejorar el comercio local», según ha indicado el alcalde de Rojales, Antonio Pérez.
En la bocana de la acequia de la Comuna se va a colocar una segunda compuerta hidráulica y automatizada para mayor seguridad en caso de grandes avenidas de agua del río Segura
Las obras comenzaron en enero de 2019 y aunque el puente se haya reabierto, los trabajos no han sido terminados en su totalidad: «Queda pendiente la colocación en algunos puntos de elementos de mobiliario urbano, iluminación parcial y restauración de la histórica bocana de la acequia de la Comuna desde donde se riegan las huertas de Rojales y Guardamar del Segura», ha explicado el primer edil.
Además, Pérez ha anunciado que en este punto concreto y dentro de otro proyecto promovido por el Gobierno Valenciano y el Juzgado de Aguas de Rojales, será colocada una segunda compuerta hidráulica y automatizada para aumentar la seguridad del casco urbano en caso de grandes avenidas de agua del río Segura.
El conjunto hidráulico ha sido objeto de la mayor inversión de su historia en materia de restauración ya que los trabajos cuentan con un presupuesto de más de medio millón de euros aportados por el ayuntamiento y la Generalitat a través de fondos europeos.