El Museo Arqueológico de la Provincia de Alicante (MARQ) pondrá en marcha, un año más, el programa de excavaciones arqueológicas en seis enclaves de la provincia, de ellos dos en la Vega Baja. Una campaña que, con un presupuesto de 130.000 euros, contribuye al incremento y preservación del patrimonio histórico y cultural de la provincia.
Así, el equipo de arqueólogos del MARQ intervendrá en el Cabezo del Molino en Rojales y en el enclave de San Antón en Orihuela, cuyo ayuntamiento ha suscrito un convenio de colaboración para aportar medios humanos y materiales.
El plan, en el que participan esta edición 58 voluntarios repartidos por la provincia de Alicante, cumple con el objetivo de documentar y realizar una amplia investigación científica de los hallazgos, así como de avanzar en el conocimiento de las antiguas civilizaciones que poblaron distintos enclaves del territorio. Se trata de una de las acciones más potentes llevadas a cabo por un museo español, abarcando épocas de la Prehistoria, la Antigüedad y la Edad Media y la duración de los trabajos oscila entre las tres y las cinco semanas desde julio a septiembre.
Cabezo Molino. Época ermiral (siglos VIII-IX)
El 29 de agosto comenzará la excavación del Sector I del yacimiento, área donde se concentra el mayor número de estructuras de enterramiento, y continuarán las labores de documentación. Este año se procederá a una ampliación del corte por su vertiente noroeste, en la que no se descarta, además, localizar estructuras industriales de época Ibérica. También se practicará un nuevo sondeo cerca del Sector II, donde según el estudio realizado por la Universidad de Cádiz en 2019, se diferenció un área con una concentración de estructuras similares a las de un edificio de importantes dimensiones.
San Antón. Prehistoria. Cultura Argárica (II milenio a. C.)
Es uno de los yacimientos más conocidos del Argar alicantino y el plan de trabajo que se plantea abarca prácticamente el mes de septiembre. Hay cuatro objetivos: la apertura manual de una nueva área de excavación; la documentación arqueológica de las estructuras, unidades sedimentarias y restos detectados en dicha área; la realización de una planimetría del área general de intervención y de levantamientos parciales fotogramétricos de las estructuras y áreas de actividad documentadas; y el inventariado, clasificación y análisis arqueológico y arqueométrico de los restos arqueológicos registrados durante la intervención.