El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha dado luz verde a la declaración de impacto ambiental para la explotación de la batería de pozos de sequía de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) durante un periodo máximo de cuatro años de hasta 48 hm3 entre los acuíferos de la Vega Media y Baja del Segura, tal y como publica el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Esta petición fue remitida por la CHS ante la situación excepcional por sequía extraordinaria que ha derivado en mayores restricciones para el regadío tradicional y no tradicional del 40% y 57%, respectivamente y un desembalse de 240 hm3 para el nuevo año hidrológico que comienza este 1 de octubre.
La extracción de la masa de agua subterránea «Vega Media y Baja del Segura», durante los cuatro años, es de hasta 32 hm³ anuales en el sector de la Vega Media (Región de Murcia) a través de 32 de los 34 pozos de sequía de la CHS y de hasta 16 hm³ anuales en el sector de la Vega Baja a través de 20 de los 31 pozos de sequía de la CHS en los términos municipales de Orihuela, Callosa del Segura, Jacarilla, Albatera, Cox, Benejúzar, Almoradí y Rojales, además de los de Murcia y Santomera.
Todos los pozos están construidos y han estado operativos en anteriores periodos de sequía. Se encuentran equipados con bombas sumergidas y tuberías de impulsión y, en su mayoría, con contador para control de caudales y volumen extraído. Las bombas son eléctricas y conectadas a la red general de suministro eléctrico o a generadores de combustión.
En el caso de la Vega Baja, la Batería Estratégica de Sondeos (BES) está compuesta por 16 sondeos, que vierten el agua extraída directamente al cauce principal del río Segura, 8 que vierten las aguas a acequias y 7 que vierten aguas tanto al cauce principal del río Segura como a acequias.
En la BES Vega Media hay 20 sondeos, que vierten el agua extraída directamente al cauce principal del río Segura, 11 vierten a acequias y 3 vierten aguas tanto al cauce principal del río Segura como a acequias.
Dado que uno de los efectos más importantes de la explotación de los pozos de sequía es la subsidencia del terreno, es decir, el hundimiento de la superficie provocado por la extracción de agua, el MITECO apunta a que, al finalizar cada ciclo anual de bombeo, se mantengan los pozos parados por un periodo mínimo de un mes, para favorecer una recuperación parcial.