El área técnica del Plan Vega Renhace del Consell califica de hecho “histórico y excepcional” las precipitaciones acumuladas en el primer semestre de 2022 tras analizar la serie histórica 1940-2022 en una localidad de interior y una costera en la Vega Baja, coincidiendo con ser los lugares donde la Agencia Estatal de Meteorología dispone de una base de datos más longeva e ininterrumpida en la comarca. Según el registro estudiado, en el caso de Orihuela se trata del primer semestre más lluvioso desde 1980 con un acumulado de 286,3 litros por metro cuadrado, mientras que en Torrevieja hay que remontarse a 1949 para encontrar un acumulado de lluvia superior a 305,5 litros por metro cuadrado en los seis primeros meses del año.
Mes de marzo excepcional en lluvias: se quintuplicaron registros y llovió en 21 de los 31 días del mes
Pese a estos datos, el año comenzó con una alerta por sequía por la ausencia de precipitaciones y un nivel muy bajo de agua en los embalses de toda la Cuenca Hidrográfica del Segura. Sin embargo, en el mes de marzo todo cambió al registrarse precipitaciones que quintuplicaban la media de ese mes, con un acumulado de 151,8 litros por metro cuadrado en Orihuela y 176,3 litros por metro cuadrado en Torrevieja. También se dio otro hecho histórico, al ser el mes en el que se registraron más días de lluvias. De los 31 días del mes de marzo, en 21 de ellos se registraron precipitaciones.
En Orihuela, este primer semestre de 2022 que acaba de finalizar ha sido el cuarto primer semestre más lluvioso. Le supera el primer semestre de 1946 con 345 l/m², 1949 con 335 l/m² y 1980 con 321 l/m². En el caso de Torrevieja, solo ha sido superado por el primer semestre de 1949 con 313,9 l/m².
Aunque se trate de un hecho “histórico y excepcional”, no revela ningún patrón concluyente sobre la predicción estacional ni para el verano ni para el otoño, siendo este último donde se suelen acumular el máximo de las precipitaciones.
En relación a los efectos del Cambio Climático se evidencia que se están registrando mayores volúmenes de precipitación en la franja costera en detrimento de las zonas ubicadas más hacia el interior. «Esto evidencia que tenemos que empezar a pensar en nuevas formas de captación y aprovechamiento de las aguas pluviales», enfatiza el departamento técnico del Plan Vega Renhace, desde donde se trabaja para su implementación.