La Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio ha iniciado los trabajos de rehabilitación del firme de los tramos más degradados de varias carreteras autonómicas de la zona sur de Alicante, entre ellas, la comarca de la Vega Baja. Las obras, que ya han comenzado y también contemplan carreteras del Baix Vinalopó, cuentan con una inversión de Conselleria de 1.538.975 euros y tienen un plazo de ejecución previsto de cuatro meses.
En concreto, en la Vega Baja se va a intervenir en los tramos más degradados de las carreteras CV-870 y CV-930 en el término municipal de Orihuela. Se seguirá con una actuación que afecta tanto al tramo inicial de la CV-925 como al tramo inicial de la CV-95 en Orihuela y Bigastro y, finalmente, se llevarán a cabo los trabajos de rehabilitación de firme en la CV-920 a su paso por Algorfa, Almoradí y Rojales.
Actuaciones
En la carretera CV-870, dotada de una plataforma de nueve metros de ancho, se actuará entre el PK 0+200 y el PK 2+900, tramo que mide 2.700 metros. El presupuesto de estas obras asciende a 238.639,90 euros.
En la carretera CV-930, dotada de una plataforma de diez metros de ancho, se actuará entre el PK 3+900 y el PK 6+600, en una longitud de 2.700 metros. El presupuesto de las obras de este tramo asciende a 241.709 euros.
Asimismo, en la carretera CV-95, se actuará en el tramo inicial, en una longitud de 2.370 metros en la travesía de Correntías de Orihuela, así como en otro tramo de 1.360 metros de longitud, ya en término de Bigastro. Por su parte, en el primer tramo de la carretera CV-925, los trabajos se llevarán a cabo en una longitud de 250 metros. El presupuesto de las obras de estos tres tramos asciende a 487.027 euros. También se están llevando a cabo actuaciones en la carretera CV-920, a lo largo de 5.800 metros con un presupuesto de 393.943 euros.
La directora general de Infraestructuras y Proyectos Urbanos, María José Martínez Ruzafa, ha explicado que “estos trabajos permitirán garantizar la sostenibilidad del firme de las carreteras afectadas al detener la degradación de los pavimentos”. “De forma paralela, se mejora la seguridad en la conducción al incrementar la textura superficial de la capa de rodadura y, con ello, la adherencia entre el neumático y el pavimento”, ha matizado la directora general.