La lluvia del mes de marzo, «entre 150 y 180 litros y ni una escorrentía, todo calado en el suelo”, alivia el estrés hídrico de la provincia y da margen a las administraciones para «atender las peticiones de los agricultores respecto al Tajo-Segura y el Júcar-Vinalopó en la próxima aprobación de los planes de cuenca», según el presidente de ASAJA Alicante, el oriolano José Vicente Andreu.
Augura una buena cosecha
El temporal en la Vega Baja ha dado una tregua al campo en su año más difícil y augura buena cosecha de primavera, donde las alcachofas producirán el segundo colmo.
«Nos ha asegurado el agua para el resto del año. Estábamos en una situación en la que los embalses del Segura iban para abajo y ahora se invierte el ciclo», apunta el dirigente agrario.
La mayoría de agricultores de la Vega Baja «no hemos regado ni un solo día de marzo». «Esto quita estrés en la guerra del agua, da tregua durante 8 o 9 meses. Pero las políticas del agua son a largo plazo y es en momentos como este cuando hay que tomar decisiones, especialmente ante la próxima aprobación de los planes de cuenca», advierte Andreu.