El 28 de abril quedará en la memoria de todos por el cero energético que sufrió nuestro país. El apagón generalizado en día laborable de inicio de semana y en hora punta supuso un colapso en todos los sentidos y dejó muchos testimonios como el de Pedro Zapata, un oriolano que ayer cogió el AVE en Orihuela a las 06:40 horas para ir y volver de la capital de España en el mismo día tras dos reuniones de trabajo programadas.
Fue al final de la primera reunión cuando “se fue la luz”, pensando que a los pocos minutos volvería, ajeno a lo que estaba ocurriendo. Cogió un taxi para desplazarse a la segunda reunión en el extrarradio de Madrid y allí fue conocedor de lo que estaba sucediendo. Entonces comenzaron los problemas para poder regresar a la estación de ferrocarril y, en definitiva, a casa. Los taxis apenas ofrecían servicio al no funcionar los datáfonos y aunque llevases dinero en efectivo tampoco, imperaba el temor y la incertidumbre de cómo poder desplazarte por Madrid y llegar a tu destino. Mucho tráfico y muchos usuarios de trenes y metro que eran derivados a autobuses en donde iban “como en lata de sardinas” y los trayectos eran interminables.
De autobús en autobús, Pedro logró llegar a la estación de Chamartín en donde tuvo que pasar la noche como cientos de pasajeros que recibieron agua, comida y mantas que repartió la UME. Ya en la estación también logró hablar con su mujer a la medianoche.
Esta mañana de martes, Pedro y otros pasajeros han sido reubicados en trenes de vuelta a su destino.
Este es su relato: