Hasta el próximo 14 de mayo puede contemplarse la nueva exposición puesta en marcha por la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Almoradí, que dirige José Antonio Latorre, “Almoradí, señorío de la huerta y joyero de la alcachofa” en la sala de exposiciones del Ayuntamiento.
El título hace referencia a un conocido lema que en las décadas de los 60 y 70 sirvió de impulso y puesta en valor de la huerta de esta localidad. El eslogan aparece en numerosos trabajos escolares de los certámenes organizados con motivo de la Semana de la Alcachofa y también fue rotulado en algunos de los camiones que recorrían las carreteras de Europa con productos de Almoradí.
Piezas de coleccionista
La exposición se centra en la generación de los ‘baby boomers’, hijos de la explosión demográfica nacidos aproximadamente entre 1957 y 1977 -periodo en el que nacieron 14 millones de bebés según el INE-; que crecieron con la televisión -primero en blanco y negro y más tarde en color- y que vivieron la lucha por los valores sociales. Una generación que ha conocido la llegada del hombre a la luna, el nacimiento de las nuevas tecnologías, los móviles o los trasplantes de órganos.
En el devenir histórico de Almoradí es difícil encontrar dos décadas tan repletas de cambios políticos, urbanísticos, económicos, tecnológicos y culturales, aunque la exposición se centra principalmente en el proceso de mecanización de la agricultura y la vinculación de la localidad con la alcachofa.
Una mecanización que pronto demandó vehículos para el transporte de mercancías por los estrechos caminos de huerta, desde el bancal hasta los almacenes. Así, el Motocarro se convirtió en una económica solución, un curioso y desaparecido vehículo que podremos ver en la exposición, en concreto, uno de la empresa madrileña Trimak fabricado en 1962.
También podremos ver algunas antiguas bicicletas, pertenecientes a la colección privada de la Agrupación Huertana del Bajo Segura, y una Moto Guzzi Hispania 65, la moto más vendida en España y que marcó la década de los cincuenta.
Pero no serán estas las únicas piezas que podremos contemplar en la exposición. Cabría destacar una pieza de coleccionista, el pequeño tractor Hanomag-Barreiros, y en concreto, el modelo R-350 fabricado en 1964 propiedad de Luis Rodríguez.
A partir de 1955 la empresa familiar de Adrián Viudes, muy vinculada industrialmente a Almoradí, comenzó a fabricar sus propias motocicletas, las SADRIÁN. La que se podrá ver ha sido recientemente restaurada -de 125 cc- y pertenece a la colección privada de Francisco Argilés y fue fabricada en 1959.
La exposición reserva un espacio, a modo de homenaje, para las antiguas salas de Cine, ya que se recrea un espacio con una vieja cámara donde se va a proyectar un documental, a modo de No-Do, con la historia del empuje agrario de esta localidad y las semanas de la alcachofa de finales de los sesenta.
La exposición se completa con diferentes paneles con amplia documentación gráfica de aquella época y diferentes objetos, la mayoría, desaparecidos.
