Los perros podrán disfrutar de las playas designadas para su esparcimiento en Torrevieja tras haber desestimado un auto judicial la medida cautelar propuesta por una comunidad de vecinos de Cala del Moro, así lo ha anunciado la teniente de alcalde Fanny Serrano.
Esta comunidad pedía la suspensión del uso canino en las playas de Punta Margallo y Cala del Mal Paso al considerar que podía afectar a sus principales usuarios, principalmente quienes viven y ocupan viviendas en la cercanía durante el verano, especialmente en el mes de agosto. Asimismo, argumentaban que ocasionaría perjuicios irreparables porque “los canes correrán libres por los caminos e incluso podrían acceder a las propiedades de los vecinos, así como el nutrido grupo de población que tiene temor a los perros”.
Los hechos se remontan al 25 de junio de este año cuando el alcalde, José Manuel Dolón, promulgaba un Decreto por el que se declaraban como playas caninas dos zonas, Punta Margallo y Cala del Mal Paso, de acuerdo con la Ordenanza de playas. Este Decreto se publicó en el BOP (Boletín Oficial de la Provincia) el 9 de julio y contra el mismo la Mancomunidad de propietarios Cala del Moro bloques interpuso un recurso contencioso administrativo en los Juzgados de Elche.
Tras la interposición del recurso, el auto judicial de 30 de julio inadmitió la tramitación de urgencia de la medida cautelar y acordó la tramitación con carácter de medida cautelar normal. Dio al Ayuntamiento un plazo de cinco días para presentar sus alegaciones haciéndolo el 3 de agosto.
Finalmente el 7 de agosto el Juzgado dictó el Auto por el que se desestima la la medida cautelar “por entender que no hay un perjuicio irreparable para la comunidad de vecinos porque la playa canina es temporal y provisional, solo para este año”.
Es decir, considera que los supuestos perjuicios irreparables alegados por los vecinos no se han acreditado en modo alguno y además “parece que lo que se ha habilitado es una zona para esparcimiento de manadas de animales salvajes en vez de una Playa Canina regulada mediante la normativa correspondiente”, según traslada Serrano. Igualmente recuerda que el propio Decreto establece una serie de normas para evitar que los perros creen molestias a los demás bañistas y remite a la Ordenanza Reguladora del Uso, Seguridad y Conservación de las Playas.
Asimismo, detalla que “existe un interés general, que prevalece sobre el particular, y que es el que ha llevado al Ayuntamiento a la promulgación del decreto, para satisfacer una demanda de gran parte de los ciudadanos del municipio.