Sus Majestades los Reyes de España han visitado hoy Orihuela para conocer los efectos de las inundaciones sufridas en la Vega Baja justo hace tres semanas.
Se trata de la primera visita oficial de Los Reyes a Orihuela en donde cientos de vecinos han salido a la calle para recibirles con numerosas muestras de cariño. En la plaza del ayuntamiento les esperaba el alcalde Emilio Bascuñana acompañado entre otras autoridades por el Ministro de Innovación, Ciencia y Universidades, Pedro Duque; el presidente de la Generalitat Ximo Puig; el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón; y el delegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio.
Los monarcas han mantenido una reunión en el consistorio con representantes de las Unidades Básicas de Intervención que participaron en el dispositivo de seguridad y emergencias durante la gota fría, así como con alcaldes de la comarca que les han explicado los momentos vividos durante las inundaciones y los daños irreparables que ha ocasionado a miles de familias, viviendas, empresas y agricultores.
Los Reyes también han visitado la Oficina de Coordinación de Ayudas de la Generalitat a las personas damnificadas por las inundaciones.
Posteriormente, los Reyes se han trasladado a la pedanía oriolana de Molins, una de las más afectadas, en donde 350 familias sufrieron inundaciones en sus viviendas de planta baja, y en donde los agricultores han perdido toda su cosecha. Una estampa que se refleja en todo el término municipal que tras el paso de la DANA ha dejado afectadas a 2.000 viviendas, el cien por cien del polígono industrial, más de 50 kilómetros de caminos rurales afectados, así como comercios, instalaciones culturales deportivas o consultorios médicos que permanecen cerrados todavía.
Traspaso de honores de la Gloriosa Enseña del Oriol:
La visita de los monarcas a Orihuela ha tenido un valor histórico al haber presidido el acto de traspaso de honores de la original Gloriosa Enseña del Oriol (emblema de la ciudad) a su réplica. Ambas banderas han sido inclinadas ante Felipe VI cumpliendo así con unos de sus privilegios, ya que solo se puede inclinar ante Dios y el Rey.