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Artículo de opinión de Mireia Ortuño, directora y psicóloga de Brain Train Orihuela en el marco del Día Mundial del Beso que se conmemora el 13 de abril
“Encantada de conocerte”, “espero verte pronto”, “te echaba de menos” … tantas cosas ocultas detrás un beso (o dos, o muchos).
Pero ¿realmente conocemos los beneficios que ofrecen la presión de unos labios contra otros, o en la cara o en la frente? Es después de esta muestra de afecto cuando se produce una explosión de oxitocina en nuestro cerebro como si del Big Bang se tratara (sí, la famosa hormona del amor). Curiosamente, los hombres liberan una gran cantidad de oxitocina con sus parejas y las mujeres con sus hijos/as. Y no nos olvidemos de la dopamina, la cual entra en acción cuando pasamos tiempo con alguien que nos hace sentir bien o tras hacer algo que nos gusta (que poco dañinos resultaban los besos hace no tanto).
Maravillosos beneficios como hacernos sentir extremadamente bien son los que aportan un beso, pero, llegó la pandemia y con ella la distancia, la reactancia, el desapego y también el desamor.
¿Qué le dirías a una chica adolescente que en consulta te revela que no sabe cómo conocer a gente nueva, que su primer beso se demorará quizá unos años y que ya no puede sentir atracción por alguien a quien no puede ver por completo?
Hay tantas fases evolutivas del desarrollo humano que se están viendo alteradas inevitablemente y para las que los/as psicólogos/as tenemos pautas, pero no la solución perfecta. Por ejemplo, ¿dónde queda el beso de tu amor más temprano o el beso de tu profesor/a porque “una puerta muy mala” ha magullado tus deditos? Y es que no solo besamos los labios o la cara.
En consulta trato de explicar siempre que el amor es un lenguaje universal que no necesita traducción, es posible a través de una llamada decirle a tu abuela que la quieres, pero desde la distancia … ¡qué raro es esto! Que por medio de un whatsapp tu amigo sabe que te acuerdas de él, aunque es demasiado pronto para el viaje de desmadre con el que tanto soñáis, también a través de un meme en el que mencionas a tu compi de trabajo le estás diciendo que echas de menos vuestro desayuno de cada día, o ya en mi caso que a veces como terapeuta me cuesta consolarles en esta situación, pero con unos audios entre sesiones les digo que me importan y que a través de mis ojos, a veces algo húmedos, mi paciente sabe que siento su dolor.
¿Y tú, cómo has reaprendido a besar el corazón de quienes quieres?
Hoy 13 de abril es el día internacional del beso, pero este virus no nos va a impedir que nos besemos el corazón. ¿Y tú, cómo has reaprendido a besar el corazón de quienes quieres?
Parece que ya no nos besaremos igual y por ello buscamos otras formas de amor, pero, reflexionando aquí sobre todo lo que esta pandemia nos ha quitado tristemente me he dado cuenta de varias cosas; que no pude darte un beso antes de que te marcharas, que no pude decirte adiós para siempre en el último viaje en ascensor que compartimos, que cuando te paraba por la calle para preguntarte cómo iba tu día te estaba diciendo lo mucho que me importabas (y hoy he sabido que ya no volveré a preguntártelo) … que ya no podemos despedirnos como queremos, sino como debemos.
Entiendo que como seres humanos necesitamos una explicación, pero no puedo convencerte de que un día dejaremos de pensar en esos besos que ya no nos damos.
Mireia Ortuño Avalos
Directora y Psicóloga de BRAIN TRAIN ORIHUELA