OPINIÓN. Ya sabemos que el presidente Ximo Puig no se quiere perder ninguna fotografía ni ningún acto que se celebre en Orihuela. El pasado viernes pudimos observar cómo se comportaba en el Teatro Circo, como si de un acto del Plan Renhace se tratara, en el acto de nombramiento de Joan Manuel Serrat como hijo adoptivo.
Pero la fotografía del mes de septiembre en La Lonja, anunciando las actuaciones a llevar a cabo en la Vega Baja por parte de la Confederación Hidrográfica del Segura, como si hubiese logrado una gran victoria, le va a salir cara.
Si recientemente nos enterábamos de que el gobierno de Pedro Sánchez, se llevó al Guadalquivir, a Sevilla, 50 millones que estaban destinados verdaderamente al Mar Menor para su regeneración, ahora resulta que ya veremos qué es lo que queda de los 343 millones de los fondos anunciados con bombo y platillo para financiar las 11 actuaciones del Plan de Riesgo de Inundaciones.
En esas fechas el presidente ya conocía que el gobierno planeaba dentro de sus actuaciones algunas que no son del agrado de los alcaldes y vecinos de la comarca.
Desde la pasada inundación de 2019 han estado anunciando millones y actuaciones para reducir las consecuencias de futuras DANAS, haciendo estudios y proyectos para ofrecernos un Plan de Gestión de Inundaciones que no nos gusta. Ocurre algo parecido a lo de los trenes de Cantabria y Asturias, han tardado años y finalmente los trenes no pasan por los túneles.
El Plan Renhace tiene mucho de eso. Tiene mucho de engaño. Durante tres años y medio han estado contando cosas que ya sabíamos y, a la par, lanzando discursos de que iban a dar una solución basada en criterios alejados de las soluciones de hormigón que se venían dando.
Pues algo muy parecido a lo de Cantabria con los trenes ha ocurrido aquí con el río, muchos años estudiando y planificando y muchos sueldos por el camino y, finalmente, la solución no nos gusta a nadie. Pongamos por caso el Corredor del Hondico. Los alcaldes de Dolores y Rafal han sido más lentos en salir a protestar, pero se ve que ya les han dado permiso.
Es más, al igual que como hizo con la chapuza del trasvase, entonan un nos han engañado los del ministerio.
Miren, cuando a uno lo engañan una vez, si fuera el caso se le puede disculpar, pero cuando a uno lo engañan siempre, ya hay que pensar otra cosa. Y, ojo, estamos hablando de que son engañados por los suyos.
Yo creo que, tanto aquí, en la Vega Baja, como en Murcia, Asturias y Cantabria, y el resto de España, los auténticamente engañados somos los ciudadanos y toca decir que ya está bien de tomaduras de pelo.
El gobierno valenciano de Ximo Puig tiene muchos problemas y muchos frentes abiertos, pero en nuestro territorio, dejando aparte por un momento el conflicto lingüístico y la precaria situación de la sanidad, tiene un nombre propio, que se llama AGUA. Y, además, por partida doble. De un lado el agua del Tajo y de otro, el agua del cielo.
Generación tras generación, desde hace siglos, hemos vivido bajo esa amenaza, y pese a ello queremos seguir viviendo aquí, vamos a seguir viviendo aquí nosotros y todos los que quieran venir a esta tierra de oportunidades de modo que queremos soluciones reales y las queremos ya. Con cemento o sin cemento, con Renhace o sin Renhace, con Ximo Puig o sin Ximo Puig.