-
Artículo de opinión de José López Grima, de la Plataforma Segura Transparente, con motivo del Día Libre de Bolsas de Plástico
Una de las pruebas más concluyentes que demuestran el camino equivocado que hemos escogido para “progresar” es el uso indiscriminado de los plásticos. Todos sabemos que son ligeros, resistentes, dúctiles, maleables y con ellos se pueden fabricar multitud de objetos y que se usan en todos los sectores: agricultura, ganadería, minería, comercio, transporte por tierra, por mar y por aire, industria y servicios.
Los hay de un solo uso y de varios. Solamente en los hogares podemos encontrar cientos y cientos de objetos de plástico. Las ventajas todas las personas las tenemos claras y encima son baratos. Sobre este punto quisiéramos llamar su atención. ¿Cómo pueden ser baratos unos objetos que no son biodegradables y por lo tanto generan gravísimos problemas de residuos y contaminación?
Parece que con poner esos residuos en el contenedor correspondiente ya no hay problema, a pesar de las espeluznantes imágenes que todos hemos visto de mares, océanos, ríos, playas, tierras de cultivo, infectadas de plásticos, grandes, medianos, pequeños, microplásticos que ingieren animales del mar y de tierra y que también penetran en nuestro cuerpo. No se cuentan los enormes gastos generados por esos residuos, ni los de la contaminación, ni los de salud. Por eso son baratos.
Actualmente no se sanciona debidamente a las empresas contaminantes
¿Cómo podemos aceptar esta situación? Porque no actuamos como animales racionales, sino que nos movemos por ensoñaciones.
La publicidad nos enseña lo bonita que es la ropa fabricada con fibras plásticas y además dicen que evita la muerte de muchos animales; lo rápido que se desplazan los barcos que dan la vuelta al mundo con muchos o pocos tripulantes; lo higiénico que resulta envolver alimentos en plástico y lo cómodo que resulta arrojarlos al contenedor; lo bien que crecen las plantas entre mantas de plástico. ¿Dónde habla esa publicidad de los desastres causados por esas “sustancias tan maravillosas”? Esas imágenes duras que antes comentábamos aparecen sólo en documentales esporádicos. Muchas veces parece que el problema lo causan esos grupos ecologistas tan pesados que se empeñan en que volvamos al pasado, en ir en contra del progreso, en profetizar hecatombes que nunca llegan.
Esa publicidad no habla de las presiones que las grandes multinacionales ejercen sobre los estados para que no cambie este estado de cosas, que no se prohíban los plásticos, que se abandone cualquier actividad que no respete los ciclos biológicos que son los únicos que garantizan la vida, nuestra vida.
En nuestra comarca la acumulación de sólidos flotantes, tanto en el río Segura como en acequias y azarbes, produce en la desembocadura y a lo largo de los cauces una gran contaminación que termina en el mar Mediterráneo. Habría que implicar a todas las instituciones públicas y privadas (Ministerio, Consellería, Municipios y C. Regantes) creando un Consorcio para eliminar este problema.
Segura Transparente propone poner rejillas cónicas de residuos sólidos en cada toma de las acequias del Río Segura para que no se acumulen en la desembocadura. En las acequias secundarias y azarbes instalar rejillas planas. En el río, al final de cada término municipal, se debería instalar una pantalla flotante que recoja los residuos sólidos de cada zona: Orihuela, Almoradí, Formentera-Benijófar, Rojales y Guardamar.
Las redes de azarbes que cruzan toda la Vega Baja deben tener un mantenimiento de limpieza de residuos sólidos flotantes constante, para ello el Consorcio debe de poner los contenedores adecuados para recoger los diferentes residuos, así como la creación de campañas de concienciación a toda la ciudadanía de la comarca.
También se deben poner en la huerta contenedores para recoger los sacos y bidones de fitosanitarios y fertilizantes y garantizar el tratamiento adecuado. Los servicios de limpieza municipales deberían retirar los contenedores. En la actualidad no se sanciona debidamente a las empresas causantes de la contaminación. Otra buena medida sería que pusieran un precio elevado a los envases y que las empresas estuviesen obligadas a recogerlos.
¿Seremos capaces de revertir esta situación? Nuestro futuro depende de ello.