OPINIÓN. Leía el otro día una columna de opinión de mi amigo Jorge Burgos, con la que no podía estar más de acuerdo.
Y en ella hablaba de que, como todos ya sabemos, estamos en periodo preelectoral, si es que hemos dejado de estarlo alguna vez en este país.
Y con cierta lógica, la ciudadanía siempre tenemos la esperanza de que, si cambia el gobierno, sea cual sea, quizás haya una posibilidad de que las cosas también cambien, incluso que mejoren. Pues, siento desilusionarles, verán, últimamente se habla mucho de chiringuitos, de esos puestos que la ciudadanía muchas veces no conoce, o le suenan levemente de los medios, que si una directora general por aquí, que si presidente de no sé qué organismo de nombre extraño, pero que a la larga, todos sabemos, significa un acomodo de 4 años y un buen sueldo público, si esos denominados “chiringuitos” donde los partidos colocan a sus más fieles. Y decía Carlos Mazón que, si gobierna, rebajará esos cargos a dedo y los chiringuitos a la mitad.
Pues fíjense, llámenme escéptica, pero empiezo a tener una edad, en la que ya solo me creo lo que veo, y ya les digo, que, aunque la intención exista, que no seré yo quien la ponga en duda, Dios me libre, ya me dirán donde van a meter, sin ir más lejos, a todos esos fichajes que han hecho desde Cs, que con buen criterio decía una amiga el otro día, que Carlos Mazón va a tener que fletar varios autobuses con toda la gente a la que ha prometido llevarse a Valencia si gana la Generalitat. Pero vamos, exactamente lo mismo que sospecho estará haciendo y ha hecho Ximo Puig.
Vamos, lo que viene a suceder todas las sesiones de pleno y más en elecciones: te echo en cara lo mismo que yo he hecho cuando he gobernado, y que volveré a repetir cuando vuelva a gobernar, en una rueda sin fin de este bipartidismo inamovible que ustedes, los electores, han decidido y yo, por supuesto, como convencida demócrata respeto.
Pero luego no digan que se sienten engañados, más de lo mismo elección tras elección, y gobierno tras gobierno, cambio unos sillones por otros, quítame unos hermanos por meter unos primos…
Al final, por desgracia, nada nuevo bajo el sol.