El municipio de Rojales celebró el sábado por la noche su rito más mágico y supersticioso como es la subida al Cabecico Soler. La tradición oral sitúa la leyenda de la Encantá en lo alto de este monte y rememora con tintes fantásticos y míticos las luchas y amores medievales entre moros y cristianos.
Cientos de personas cumplieron con esta costumbre en la víspera del día San Juan, para rememorar el pasado, disfrutar de él y quemar sus deseos en las llamas de la hoguera para que tengan efecto. También para saltar por encima del fuego en busca de suerte. Todo ello bajo el trasfondo de la leyenda oral de la Encantá, una princesa Mora que aparece cada cien años de las entrañas del Cabecico Soler para que el hechizo de su padre desaparezca después de que un joven la lleve en brazos hasta el cercano río Segura y mojé sus pies en sus aguas.
Los participantes, vecinos de Rojales y de otros municipios, acudieron un año más al cabezo atraídos por el misterio que encierra esta leyenda que mezcla mitología y realidad de forma fantástica.
El acto se inició sobre las 22.30 desde el casco urbano de Rojales. Tras recorrer unos tres kilómetros por la orilla del río Segura y zona de monte bajo se llegó a las faltas del Cabezo Soler donde se encendió una hoguera. Algunos subieron a lo alto de su cima.
El acto estuvo organizado por la concejalía de Deportes y Juventud del Ayuntamiento de Rojales y contó con la colaboración en materia de seguridad de agentes de la Policía Local y Protección Civil de Rojales.
“La gran afluencia de personas y el interés que muestran hacia esta celebración nos anima a seguir potenciando el acto que pretendemos sea declarado de fiesta de Interés Turístico Local” asegura el concejal de Juventud y Deportes, Pedro Llopis.
El edil quiso destacar el carácter supramunicipal de la leyenda que tiene lugar en la noche más corta del año y donde acuden ciudadanos de numerosos puntos de la provincia.
Una vez encendida la hoguera y justo cuando el reloj anunció el cambio de día apareció junto al fuego un narrador quien relató la leyenda ataviado misteriosamente para rememorar ese miedo y respeto ancestral que los vecinos de Rojales sienten por la Encantá. Tres seres mitológicos, uno de ellos con dos cabezas, aparecieron a continuación tal y como relata la leyenda que reúne los principales rasgos mágicos de la Noche de San Juan: el fuego, el agua, el más allá, la magia, la renovación cíclica, el sentir de un pueblo y la petición de deseos.
Los menores, que eran la mayoría de los participantes en el rito, observaron en silencio y sorprendidos la presencia de los seres mitológicos alumbrados por las llamas de la hoguera.
Poco después se comenzó a plasmar sobre el papel deseos que fueron consumidos por las llamas y la costumbre de saltar la hoguera para que se cumplan. Tras cientos de saltos el acto llego a su fin con el apagado del fuego.