domingo, 20 abril 2025
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Un local de Guardamar impide el paso a una invidente por ir con su perro guía

¿Qué harían si les discriminaran en un lugar público? En Guardamar del Segura, María del Mar Paredes ha denunciado que le impidieron el paso a un establecimiento por ir con su perro guía.

Ella es de Madrid pero veranea en esta localidad de la Vega Baja desde hace 20 años. Es invidente y Noah, su perro guía, son sus ojos. Según la ley, los perros guías no son considerados mascotas y, por tanto, pueden acceder a cualquier lugar público que no sea un quirófano, pero cuando se dispuso a entrar a una heladería de Guardamar el pasado 13 de agosto: «No me dejaron ni poner un pie en el escalón, enseguida noté que alguien se me puso delante y me dijo que no podía pasar», relata María del Mar, «era una empleada que me habló de muy malos modos, gritándome y diciéndome que no iba a entrar porque llevaba un perro, yo traté de explicarle que Noah no es una mascota, sino un perro guía, pero seguía negándome el paso».

Tras el barullo generado, apareció la dueña que alentó las explicaciones de su empleada y también le impidió la entrada a esta heladería de autoservicio: «Le expliqué que la ley me ampara a mí porque los perros guías pueden entrar a cualquier lugar público excepto a un quirófano, sin embargo ella me dijo que la ley estaba de su parte porque en su local había alimentos expuestos y si se caía en ellos un pelo de mi perra, a ella se le caería el pelo». Pero la víctima denuncia que «si tanto le preocupa el peligro de que le caiga un pelo a la comida, ellos deberían llevar gorrito y no lo llevaban según me han confirmado los testigos». Algo incrédulo teniendo en cuenta que se trata de una heladería de autoservicio en el que los helados están dentro de una máquina y solo se exponen cuando cada uno se sirve su helado al bajar la palanca.

María del Mar explica que no le dejaron ni enseñar la acreditación de Noah como perro guía, la cual le permite acceder a cualquier lugar público, por lo que procedió a pedir la hoja de reclamaciones y, posteriormente, poner la denuncia pertinente en la Oficina del OMIC del Ayuntamiento de Guardamar: «La dueña me dio la hoja de reclamaciones de mala manera porque me la lanzó, me la tuvo que recoger mi padre y mientras la rellenaba ella repetía una y otra vez que podía poner esa y todas las reclamaciones que yo quisiera pero que no iba a entrar», indica María del Mar.

La situación fue bastante «desagradable» según cuenta la madrileña, quien explica que no llamó a la Policía porque iba con su niña pequeña y estaba muy nerviosa llorando, pero sí interpuso la denuncia pertinente en el OMIC, pues su perro guía iba «perfectamente acreditado» por la Fundación de Perro Guía de la ONCE.

Ante este suceso, asegura que se sintió discriminada por ser invidente y por llevar un perro guía y ahora tiene miedo de que le vuelva a ocurrir en cualquier otro lugar: «Fue una sensación horrible, me sentí muy discriminada, como si fuera una leprosa y diera asco al decirme que no repetidas veces. Ahora cuando quiero ir a algún sitio pienso ¿y si me vuelve a pasar?», confiesa María del Mar, quien espera que se le pase esa sensación que todavía tiene.

«Por suerte, son pocos los locales en los que ocurre esto pero lo normal sería que no ocurriera en ningún sitio», manifiesta María del Mar.

 

 

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1 Comentario

Alejandro 30 agosto, 2019 at 6:18 pm

¡¡¡¡Cuanto paleto suelto!!!!. Indignante y vergonzoso que no le dejen entrar con un perro guía. Pero falta decir qué heladería es para que no entre ni los gatos.

Comentarios cerrados