Llegó en una furgoneta de milicianos a Ucrania y salió de allí en un tren de refugiados. Así ha sido el paso de Manuel Lorenzo, fotoperiodista de Dolores, por el epicentro del conflicto. De manera improvisada emprendió el viaje con una maleta hecha rápidamente y su cámara, a la aventura, sin chaleco antibalas y sin casco. Algo que sorprendía a sus compañeros de viaje, ya que «en Ucrania ya va todo el mundo armado y protegido», nos contaba Manuel.
«La gente está en estado de ‘shock’, con las miradas perdidas, armados, y desconfían de cualquier persona que se crucen por la calle»
El ‘shock’ y la desconfianza son los protagonistas en las calles de Ucrania. «Todos están en estado de ‘shock’, todo el mundo va armado y desconfían de cualquier persona, en caminos rurales te podía aparecer alguien con una escopeta y pedirte que te identifiques», narra Lorenzo. Pese a ello, «la vida sigue siendo más o menos normal, los supermercados están abiertos, la gente va a comprar y te sorprende que se paren un rato para ir atando telas por las calles para crear una trinchera. Hasta que suenan las alarmas, se apagan las luces y te refugias para que no te caiga ninguna bomba».
Este fotoperiodista de la Vega Baja ha trabajado en primera línea de otros conflictos, como por ejemplo en el Sáhara, donde asegura que «pasé más miedo, pero el éxodo masivo de los refugiados ucranianos me ha impactado más». Sin embargo, ya piensa en volver a Ucrania otra vez «porque pienso que ahora más que nunca hace falta información veraz y contrastada y para ello es necesario que la prensa esté allí para contar lo que realmente está pasando desde allí, no desde aquí, porque he visto periodistas haciendo conexiones con un croma detrás fingiendo como si estuviesen en medio de la guerra».
Escucha la entrevista completa a Manuel Lorenzo sobre su experiencia en Ucrania aquí: