ASAJA Alicante ha calificado de «milagrosas» y de «bendición» las precipitaciones de entre 20 y 100 litros caídas, entre el viernes 4 y el lunes 7 de marzo, en el interior y la costa alicantina que ha permitido a los regantes ahorrar el 15% del riego anual en la Vega Baja y en otras comarcas alicantinas consolidar calibres y brotaciones, ganar tiempo en cultivos que estaban sentenciados y ahorrar muchas horas de riego a las comunidades de regantes.
Las precipitaciones han dado oxígeno al campo alicantino en medio de una grave sequía unida a un alza de precios sin precedentes. Las huertas del sur han recibido una media de 60 litros estos días. Es una «bendición», en palabras del presidente de ASAJA Alicante, el oriolano José Vicente Andreu, porque «es buenísimo para el remate de la hortaliza de invierno y permite que se termine mejor la alcachofa, a la que le cuesta mucho sacar segundo colmo».
«El agua de lluvia es fabulosa para brócoli y el apio, al tiempo que lava el arbolado, limpia plagas y hace que la floración sea más intensa al tener el suelo húmedo», explica el presidente de ASAJA Alicante. Las lluvias han aportado a las huertas de la zona unos 20 hectómetros cúbicos, volumen que equivale a un riego completo y al 15% del agua del año, según el presidente de la entidad.
La lluvia salva media cosecha de moscatel, consolida granadas, nísperos, cereales y uva de mesa
La lluvia en otras comarcas de la provincia devuelven la viabilidad a las viñas de uva moscatel en la Marina Alta y aumentan el calibre de nísperos, granadas y uvas en la Marina Baixa, el Camp d’Elx y el Medio Vinalopó. En l’Alcoià y El Comtat, el agua alarga la vida de una cosecha de cereal muy comprometida por la sequía. Por contra, los apenas 12 litros de Villena y la Foia mantienen los cultivos de ambas zonas en situación terminal.