Este 2 de mayo es el Día Internacional contra el Acoso Escolar, una problemática que supone la triste realidad de muchísimas familias. Según los datos de la OCDE del último informe PISA de 2024, en España el 6,5% del alumnado sufre acoso con frecuencia. El 15,8% es víctima de acoso al menos varias veces al mes y el porcentaje sube al 21% en alumnado de origen migrante. El 10% se ha quedado alguna vez en casa para evitar sentirse inseguro en la escuela y las víctimas de acoso presentan mayores niveles de infelicidad, miedo y malestar emocional.
De hecho, en la Vega Baja, recientemente se conoció una sentencia que condena a la Conselleria de Educación a indemnizar con más de 20.000 euros a una alumna del IES de Catral que sufría acoso escolar y el centro no actuó: «La niña llevaba más de dos años sufriendo acoso continuo escolar, los padres lo denunciaban en el centro pero el instituto no hacía nada», ha explicado Sonia Terrero, secretaria general de la FAPA Gabriel Miró en una entrevista en Radio Orihuela Cadena SER, donde ha indicado que «para nosotros es importantísimo que sí que haya esa sentencia ya firme, que la Consellería tenga que indemnizar a esa familia, pero no nos vale. Lo que nos valdría sería que realmente no sea la Consellería, que sean esas personas de ese equipo directivo, ese equipo docente, los que no han hecho nada, que sean los que tengan que pagar por la dejación de funciones que han tenido. Lo que no nos sirve es que al final todo acabe en una sanción económica y que realmente no se erradique este conflicto».
Terrero, que es madre y ha sufrido en primera persona el acoso escolar porque su hijo ha sido víctima, asegura que es habitual que los equipos directivos o docentes «hagan oídos sordos cuando las familias vamos a denunciarlo, lo más habitual es que nos digan que eso son cosas de niños, que ya se les pasará y la única solución que te ofrecen es que cambies a tu hijo de centro».
La secretaria general de la Federación Provincial de AMPAS en Alicante ha insistido en la importancia de trabajar tanto con la víctima, por los problemas que sufre y las consecuencias de ello como miedo a ir a clase o, en algunas ocasiones, el suicidio. Así como con el acosador, porque defiende que «si un menor acosa es porque tiene algún conflicto en su vida y lo paga con el resto, por lo que es necesario también su reeducación».
Ante esta situación, la FAPA reivindica la necesidad de un decreto de convivencia que, precisamente ha sido aprobado esta semana por el Consejo y debe llevarse a cabo con urgencia: «Esto es la triste realidad que se sufre en muchos centros educativos y España, dentro de la Unión Europea, somos uno de los países con más altos casos en esta situación. Por lo tanto, está fallando el sistema, fallan las administraciones, fallan los recursos, fallamos las familias porque no somos perfectas y también cometemos errores en los cuales no educamos a nuestros hijos, en ese respeto que tenemos que tenernos entre todos. Hay que trabajar fuertemente sobre todo con la administración para que haya un decreto de convivencia real, en el cual participemos las familias como debemos de hacerlo y que desde ahí se trabaje justamente en esa concienciación y en este trabajo que no sólo la FAPA Gabriel Miró tiene que hacer, porque sino no nos serviría de nada, tenemos que estar todos los agentes implicados para poder erradicarlo».
Qué hacer si mi hijo o hija sufre acoso escolar
Si creen que sus hijos o hijas pueden estar sufriendo acoso escolar, hablen con ellos, aunque a veces es difícil tanto por su edad como por la situación, pues pueden no querer preocupar a sus padres o no sentir la confianza con ellos como para contarlo. En ese caso, hablen con su entorno, con los niños del cole y, por supuesto, con el centro educativo o, incluso, llévenlo al pediatra para que pueda ser tratado por un psicólogo.