Cada vez es más común encontrarte con personas que aseguran tener problemas para dormir: les cuesta conciliar el sueño, se despiertan mucho durante la noche o se levantan cansados sin la sensación de haber tenido un sueño reparador. Y, además, cada vez es más común también entre los jóvenes.
En la Unidad del Sueño del Hospital Vega Baja de Orihuela pasan cada martes entre 16 y 25 pacientes por la consulta de la neumóloga Sonia Martínez. Es el área de Neumología la que trata a estos pacientes, pues la apnea del sueño es un trastorno común en donde la respiración se interrumpe o se hace muy superficial. El tipo más común es la apnea obstructiva del sueño: esta ocurre cuando las vías respiratorias superiores se bloquean muchas veces durante el sueño y eso reduce o detiene por completo el flujo de aire.
La apnea del sueño «es un síndrome que se caracteriza por varios síntomas, los pacientes pueden tener varios despertares súbitos por la noche que ocurren después de tener una parada respiratoria. Son pacientes que se levantan muchas veces a orinar porque el riñón no descansa al no tener un sueño profundo y, al no tener un sueño profundo, el paciente se despierta con sensación de no haber tenido sueño reparador, cansados y a veces con dolor de cabeza por la falta de oxígeno durante la noche. Y al no haber descansado, por el día tienen mucho sueño», nos explica la doctora.
«La mayoría de estos pacientes vienen a consulta por primera vez, algunos para recoger resultados y otros para revisiones del aparato, pero cada semana vienen unos 16 casos nuevos por sospecha de apnea del sueño», indica Martínez, quien añade que este problema con el sueño «lo estamos viendo en pacientes de todas las edades, desde incluso 20 años en adelante. Realmente en los últimos años estamos viendo muchos más pacientes jóvenes».
«La principal causa de la apnea del sueño es la pandemia del siglo XXI: la obesidad»
La principal causa que provoca este síndrome es la obesidad: «son pacientes que tienen un importante sobrepeso y que suelen dormir bocarriba, estos dos factores son los que determinan el colapso de la vía respiratoria cuando el paciente está dormido. El primer tratamiento provisional es adelgazar y les damos margen para perder peso porque eso es lo que realmente resuelve la apnea del sueño, muchas veces para un paciente obeso no es fácil adelgazar y también le cogen cariño al aparato que nosotros mandamos para dormir con el que duermen estupendamente y se olvidan de perder peso, es ahí cuando la apnea del sueño se cronifica», apunta la neumóloga.
En otras ocasiones, la doctora nos explica que pueden haber personas sin obesidad pero con apnea del sueño: «En estos casos es cuando las paredes de la faringe son muy flácidas y se colapsan con facilidad o con problemas nasales como vegetaciones o desviación del tabique nasal. En estos casos recomendamos la operación quirúrgica para despejar la entrada del aire».
Pero la doctora insiste en que «la obesidad es la pandemia del siglo XXI. Los jóvenes que vienen a consulta con problemas de sueño pesan mínimo 100 kilos. Es un problema relacionado con la obesidad y no con la edad».
¿Cómo evitar problemas de sueño?
La responsable de la consulta específica de la Unidad del Sueño del Hospital Vega Baja aconseja, en primer lugar, evitar la obesidad, llevar una vida saludable para eludir el principal factor de riesgo no solo para los problemas de sueño sino también para cualquier problema de salud. En segundo lugar, evitar las cenas pesadas. Es aconsejable cenar ligero para que la digestión no impida nuestro sueño. También recomienda acostarnos siempre a la misma hora «porque si acostumbras al cuerpo a ello, se va a habituar a que cuando llegue esa hora es la hora de dormir, el cuerpo nos pedirá incluso dormir cuando se acerca esa hora». Pero para ello también es necesario evitar los estímulos luminosos como lámparas o dispositivos digitales.
Si conciliar el sueño también es complicado para algunas personas, en esos casos recomienda tomar melatonina: «Es la hormona natural del sueño, hay personas que tienen un nivel bajo de melatonina y esto te ayuda a conciliar ese sueño. Se puede comprar en farmacias o te las puede recetar el médico de cabecera. Lo que no recomendamos son las pastillas tipo benzodiacepinas», que son medicamentos psicotrópicos con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, antiepilépticos, amnésicos y miorrelajantes, como Orfidal o Diazepam. La doctora explica que «estas pastillas, además de crear dependencia, tienen un efecto de tolerancia que hacen que conforme va pasando el tiempo vayas necesitando más dosis para dormirte y deprimen el sistema nervioso central y te hacen respirar menos veces a lo largo de la noche. Por tanto, benzodiacepinas no; melatonina sí».