sábado, 27 abril 2024
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«Los sanitarios hemos normalizado casos de violencia no física que no son normales»

El albaterense Juanma Cánovas, investigador y profesor de Enfermería, aborda la problemática latente de las agresiones a sanitarios

Los sanitarios son un colectivo profesional que han sufrido un crecimiento exponencial de los casos de violencia hacia ellos. Una realidad que se paralizó durante la pandemia pero, que tras ella, ha vuelto a ascender según nos explica Juanma Cánovas, investigador y profesor de la Facultad de Enfermería de la UCAM. Este vecino de Albatera, que además trabaja con las unidades del SAMU a pie de calle, conoce de primera mano el día a día de los sanitarios, expuestos al riesgo de sufrir agresiones.

«Es un problema que ha crecido de forma exponencial. Es verdad que durante la pandemia se aplacó un poquito porque mucha gente tomó conciencia de la profesión sanitaria y el trabajo que conllevaba, sobre todo en un servicio de urgencias hospitalario», explica este enfermero que reconoce que «tras las pandemia, hemos vuelto a nuestros orígenes, somo es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra».

Ante el incremento de casos de violencia hacia este colectivo profesional, Juanma trabajó en el artículo científico «Violencia laboral de usuarios y sus consecuencias sobre profesionales sanitarios y no sanitario de los servicios de urgencias hospitalarias: análisis de clúster» por el que obtuvo el primer premio de los mejores artículos científicos presentados en 2023 por el Colegio de Enfermería de Alicante. «Nuestro objetivo no es culpar al usuario, es saber gestionar la demanda que tiene, establecer qué esta sucediendo y medidas para prevenirlo», ha indicado Cánovas con respecto a la finalidad de su artículo científico y la situación de este «problema latente».

Para elaborar este artículo científico ha trabajado con datos de 12 centros a nivel nacional de alta referencia donde suelen acudir pacientes críticos, no son hospitales comarcales. Con esto detecta las dos principales causas que provocan los casos que terminan en violencia: «La principal causa es la demora asistencial y la segunda, la falta de información». En cuanto a la demora asistencial, «estamos viendo servicios colapsados de Urgencias hospitalarias por un resfriado común, es normal que espere el tiempo que tiene que esperar, no porque el profesional lo diga, sino que viene estratificado por un sistema de triaje que está fijado a nivel europeo y determina cuál es el tiempo mínimo de espera que debes tener. El profesional determina de manera objetiva, por ejemplo, si tiene dos pacientes va a atender primero al que está más grave respecto a otro, esta es la parte que más nos falta trabajar», manifiesta Cánovas, quien insiste en que «según tu patología, a lo mejor el punto adecuado no es un servicio de Urgencias hospitalario, sino un servicio de Urgencias de Atención Primeria en su centro de salud». La información y la educación en este sentido es, por tanto, una medida para evitar los colapsos en Urgencias y, por consiguiente, que esto derive en casos de violencia porque, según Cánovas, «hay población que desconoce que puede acudir al servicio de urgencias de su centro de salud».

Respecto a la falta de información, este profesional de la Sanidad reconoce que es habitual «gente que acude con un familiar a Urgencias y no sabe nada de él hasta dentro de 5 o 6 horas, sin saber qué está pasando con él, si ha empeorado, si está grave o está pendiente de alguna prueba diagnóstica. Esa falta de información puede acabar también en casos de violencia.

¿Cómo solucionarlo?

La demora asistencial, dice Juanma, «la tenemos que paliar no solamente dotando más recursos humanos, que muchas veces nos pensamos que la solución es poner más gente o más espacio, no es hacer más grande el hospital o meter más profesionales, que muchas veces sí es necesario pero también lo es transmitir a la comunidad cuándo debe acudir a un servicio de Urgencias y ese es aún un deber pendiente».

Sobre la falta de información acerca de un paciente, «cada vez más, los servicios de Urgencias tienen procedimientos de ‘check list’ donde puedas escanear un código QR y saber el punto en el que se encuentra tu familiar», ha matizado.

Responsabilidad por parte de los profesionales sanitarios

Juanma ha trabajado siempre en Urgencias. Anteriormente en los servicios hospitalarios y desde 2019 en la calle con las unidades de SAMU y reconoce que ha sufrido situaciones de violencia con pacientes o familiares: «El problema es que muchas de esas situaciones las hemos normalizado, el típico familiar que te puede gritar porque tiene mucho tiempo de demora lo hemos interiorizado y eso es manifestación de violencia pero lo consideramos normal porque su familiar está grave o lo entendemos como una reacción normal pero no es normal que una persona te grite».

Según nos indica Cánovas, hasta 2021 aproximadamente, cerca del 90% de agresiones a sanitarios eran con violencia física y es el que sale en el medio de comunicación, le ha pegado una bofetada a un médico en la consulta de Atención Primaria, ha entrado y ha roto un cristal, ha arremetido contra el personal de seguridad en la puerta del centro… pero eso solo supone el 10% de las agresiones que sufre el personal sanitario».

«Lo que tenemos que hacer los profesionales sanitarios es no normalizar, no escandalizarnos» y para ello propone contar con sino tener un sistema de registro y observatorio que ya lo están empleando muchas comunidades autónomas, la primera en instaurarlo fue Castilla y León y se trata de un portal en el que se establece qué ha pasado, cuál puede ser la causa y a partir de ahí establecer medidas preventivas. «Los profesionales también tenemos que aprender a cómo dar la información, ser asertivos, ver en que predisposición está el paciente y el conocimiento que puede tener a cerca de su enfermedad, es un trabajo recíproco, por un lado tomar conciencia de en qué consiste un servicio de urgencias y de cómo proceder, así como que el profesional tenga una correcta información verbal y no verbal con el paciente y los familiares. A partir de ahí, yo creo que esas incidencias de violencia van a ir reduciéndose».

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