Vicente Ruiz se describe como artesano aunque su labor se haya centrado durante más de 40 años en la docencia. Con motivo del Día del Artesano, hablamos con este vecino de Rojales que tras las puertas de su casa se abre un mundo nuevo en el que huele a madera por todos los rincones y nos lo traslada al estudio de Radio Orihuela Cadena SER.
De niño ya manifestó su pasión por la madera y eso le llevó a ser profesor de Formación Profesional en el colegio San José Obrero de Orihuela. Cuando se jubiló en 2015 decidió montar su propio taller en casa y dedicarse a lo que verdaderamente le gusta: «En ese momento que ya tenía tiempo decidí montar mi propio taller en casa, tengo máquinas de todas partes de España, voy a por ellas y me las compro, otras incluso me las fabrico yo», ha señalado Vicente, quien además ha explicado que tiene una xiloteca en casa: «Una xiloteca es como una biblioteca pero de madera, colecciono todo tipos de maderas y cada una pues lleva toda su información: qué tipo de madera es, de dónde procede, características….».
Incluso fabrica navajas, espadas o trabucos de madera que suelen utilizarse en las festividades de Moros y Cristianos: «Los pinto y parecen de verdad, no se nota que sean de madera visualmente y, además, son mucho más cómodos porque pesan menos», ha argumentado el artesano. Y es que aunque Vicente está jubilado, son muchos los amigos y conocidos que le hacen encargos, conocedores de sus buenas manos. Cuando don José Antonio Gea estaba en la catedral de Orihuela, le encargó las sillas de madera para los novios para las bodas en la catedral, así como el lambón de lectura. Además, también le pidió su ayuda para restaurar unas tallas especiales de la sacristía: «Tuve que hacer el modelo de las tallas para imprimirlo en una impresora 3D con un material especial que imita muy bien la madera. Por eso actualmente, si alguien visita la sacristía observará que todas las tallas están completas pero muchas de ellas han sido restauradas de esa manera», ha expuesto Vicente Ruiz.
El rojalero también está participando en la restauración del órgano de la Catedral de Orihuela: «Gea me llamó y me dijo que recurría a mí porque seguramente no encontraban a nadie para hacerlo. Me encargó 55 campanas y unas molduras», aunque el artesano ha apuntado que «no soy un profesional de la restauración ni me dedico profesionalmente a la artesanía, sino que a veces por compromisos, por colaborar, me llaman y como también peco de ser muy sensible ante las peticiones de la gente…me llaman y me dicen ‘oye, que hay que reparar un sagrario de la Iglesia de Rojales, y con eso esto ahora mismo también…»
Este vecino de Rojales es conocido también popularmente como Vicente Perragorda: «Mis abuelos, incluso mis bisabuelos, eran agricultores, vendían los productos agrícolas y estaban siempre pensando en el dinero que recogían. Entonces mi abuelo siempre decía que a él le gustaba cobrar con perragordas. La perragorda eran 10 céntimos de la antigua peseta, también estaba la perrachica que eran como 5 céntimos. Entonces cuando eran niños manejaban esas monedas para comprar caramelos por ejemplo y de ahí procede que la gente lo llamara el ‘perragorda’ y en ese mote se ha quedado, la familia del ‘perragorda’ y estamos en Rojales los «Palacios», en Benejúzar y en Dolores también hay ‘perragordas'».
Vicente es una mente inquieta y creativa: «Soy un artesano apasionado de la madera pero me gustan los retos, cuando hay algo que no he hecho nunca digo voy a hacerlo y a ver cómo lo hago».