El Ayuntamiento de Guardamar acaba de iniciar las obras de dragado del cauce nuevo de la desembocadura del río Segura cuyo aterramiento y la consiguiente falta de profundidad tiene paralizadas las actividades pesqueras y deportivas desde hace semanas. El concejal de Obras, José María Hernández, y el concejal de Puertos, Jesús Tenza, han visitado el comienzo de los trabajos que consisten en una primera actuación tendente al movimiento de tierras para la creación de un depósito de sedimentos donde serán vertidas las arenas extraídas del Segura. El lugar del vertido es una parcela municipal que se encuentra a escasos metros del puerto.
El concejal José Marí Hernández explica que se trata del primer paso para hacer de nuevo navegable el cauce y recuperar su calado para que puedan circular las embarcaciones pesqueras y turísticas. Por ello, añadió, es poco más de una semana comenzará el dragado en sí con la llegada de una pontona flotante y una retroexcavadora que se situarán en el río, sacarán los sedimentos que serán depositados en camiones y vertidos a continuación en el cercano depósito en construcción.
Destacó que aunque el plazo de ejecución de las obras está calculado en tres meses “vamos hacer todo lo posible para que los plazos sean menores y que los sectores económicos que operan en la zona de la desembocadura vuelvan a la normalidad.
El proyecto en ejecución prevé que serán extraídos unos 25.000 metros cúbicos de sedimentos depositados en el lugar de actuación como consecuencia de los aportes arenosos del oleaje, de las mareas marítimas y del Segura. Estas circunstancias han ocasionado que en estos momentos se cuente con un calado de poco más de un metro cuando lo habitual es que sea de entre 3 y 3,5.
El coste de la operación es de unos 300.000 euros sufragados por el ayuntamiento de Guardamar necesarios para realizar el dragado con carácter de urgencia y conseguir un calado suficiente para la navegación.