Siete históricos edificios y bienes de Orihuela se encuentran desde hace años dentro de la Lista Roja del Patrimonio, según recopila Hispania Nostra, asociación sin ánimo de lucro, declarada de utilidad pública, que trabaja en la defensa, promoción y puesta en valor del patrimonio cultural y natural, al que considera como vector de desarrollo social y económico.
La Lista Roja recoge aquellos elementos del Patrimonio Cultural Español que se encuentren sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, al objeto de darlos a conocer y lograr su consolidación o restauración.
Así, podemos encontrar la nobiliaria Alquería Casa de Bonanza, el Molino de la Ciudad, el complejo minero de San Antón, la Iglesia de San Agustín, la iglesia parroquial de Santas Justa y Rufina, el Palacio de Rubalcava y el Castillo.
Si bien hay que decir que el Ayuntamiento de Orihuela sacó a licitación el pasado mes de enero las obras del Palacio de Rubalcava, y respecto al castillo existen actuaciones como las obras de consolidación y rehabilitación de la Torre Taifal o la mejora del acceso con la restitución del camino medieval o calzada árabe en el marco del Plan Director del Castillo.
De los otros inmuebles destaca su lamentable estado de abandono y conservación de San Agustín, (propiedad de la Iglesia) a lo que hay que sumarle los problemas con el nivel freático que amenaza con su hundimiento, como ha explicado Juan Ignacio Caballero, presidente de la Asociación de Amigos del Castillo de Orihuela.
Y ¿qué edificios se están hundiendo? Un ejemplo es la Iglesia de Santas Justa y Rufina en un estado preocupante, en donde hace dos años se derrumbó parte del techo de la sacristía.
Juan Ignacio Caballero recuerda que muchos de estos bienes son de interés cultural y la ley les otorga una especial protección, por lo que la Administración Autonómica debe dar solución.
Hispania Nostra motiva la inclusión de este patrimonio en su Lista Roja
La Alquería Casa de Bonanza, nobiliaria en pleno corazón de la huerta de Orihuela, muy próxima al camino histórico que unía las ciudades de Murcia y Orihuela, en un entorno privilegiado bajo la Sierra de Orihuela y las proximidades del río Segura
En la actualidad corre el serio peligro de desaparecer para siempre si no se interviene de forma urgente. La mitad occidental está siendo rehabilitada por los propietarios y no corre riesgo.
El Molino de la Ciudad, uno de los últimos que todavía quedan en pie. Su construcción es de finales del XIX y principios del XX. Hace muchos años que el molino se encuentra abandonado, en estado de ruina, y sus cubiertas y partes de su fachada que están junto al río amenazan con derrumbarse.
Complejo minero de San Antón
El complejo data de finales del siglo XIX . El complejo minero de san Antón se halla en la sierra de San Miguel, junto al Palmeral. El estado del horno, de estructura sólida, presenta buen estado. La casa de los mineros corre riesgo de desaparecer, sufrió un derrumbe en 2014 y otro en 2018. El horno de aludeles está desprotegido y la casa de los mineros corre el riesgo de desaparecer.
Iglesia de San Agustín
Se construyó durante la década de 1750 como una reedificación de la antigua iglesia que existía en el mismo lugar. La iglesia se encuentra en lamentable estado de abandono y conservación.
La Iglesia Parroquial de Santas Justa y Rufina, construida en su origen como templo gótico hacia finales del siglo XIII y comienzos del XIV, con importantes reformas y ampliaciones en los siglos XVI y XVIII que dejaron la impronta renacentista y barroca en buena parte de la edificación. En este templo, la Capilla de la Comunión corre peligro de derrumbe, desde hace años está cerrada y con importantes grietas en su cúpula. Hace dos años se derrumbó parte del techo de la Sacristía, causando importantes desperfectos a la mesa pétrea de la sala y al suelo.
La torre está en muy mal estado, su escalera se está cayendo y numerosas gárgolas están sujetadas con alambres
Palacio de Rubalcava
El palacio del Siglo XX se encuentra en degradación progresiva. En 1981 la adquirió el Ayuntamiento de Orihuela, con el fin de conservarlo y poder ofrecer al público su interior y darle un uso social y cultural.
Castillo
Hay referencias concretas a que ya estaba construido en 859, en la época del conde Teodomiro, cuando los normandos lo atacaron y consiguieron tomarlo. Durante la Guerra de Sucesión, una gran explosión provocada por la caída de un rayo sobre el polvorín destruyó la mayor parte del castillo, ordenándose su demolición por considerarse irrecuperable. El terremoto de 1829 también causó graves daños.