Un hombre ha sido condenado por la Audiencia de Alicante a penas que suman un total de 30 años de prisión por violar, robar e intentar matar a una mujer con la que había mantenido una relación sentimental en el municipio de San Fulgencio.
La sentencia, dictada por un tribunal de la Sección Primera, considera al acusado, de nacionalidad ucraniana, responsable de un delito de agresión sexual, castigado con 13 años de prisión; uno de homicidio en grado de tentativa, por el que añade otra pena de 12 años de cárcel, y otro de robo con violencia, por el que le impone otros 5 años de privación de libertad.
Los hechos ocurrieron en mayo de 2022 en el domicilio en el que residía la víctima. El hombre, accedió a la vivienda de su expareja, rompiendo una ventana, pensando que ella no estaba en el interior y se hizo con dinero en metálico y diversos efectos de valor.
Pero la mujer llegó al domicilió y el acusado se escondió y abalanzó sobre ella, la golpeó y la arrojó por las escaleras “mientras no paraba de repetirle que le diera dinero”, según el fallo.
Entonces, la amenazó de muerte con un cuchillo de grandes dimensiones y la condujo hasta el dormitorio, donde le dijo que le practicase una felación. Ante la negativa de la víctima, el ahora condenado la violó.
Acto seguido, la resolución señala que el acusado “cogió uno de los vestidos de la víctima y, con ánimo de acabar con su vida, lo puso alrededor de su cuello y apretó con fuerza” hasta provocar que perdiese el conocimiento.
Al creer que la había matado, “roció desinfectante de baño en sus genitales y desplegó una manta” con la intención de envolver su cuerpo. Pero la mujer recuperó el sentido y logró convencerle para que ir juntos al banco donde le daría más dinero. Al llegar a la sucursal, la mujer pudo acceder al interior de la oficina y pedir auxilio, lo que provocó la huida de su agresor.
El acusado negó los hechos en el momento del juicio y aseguró que no había estado en la vivienda de su expareja el día de los hechos.
No obstante, el tribunal confiere toda credibilidad al relato de la víctima por la “continuidad, coherencia y persistencia” ofrecida a lo largo de toda la instrucción de la causa, además de la declaración de los empleados del banco al que acudieron el procesado y la víctima, en el testimonio ofrecido por los agentes de la Guardia Civil que asistieron a la mujer y en las conclusiones recogidas en los informes periciales que se le practicaron a la agredida.