Las familias del CEIP Playas de Orihuela denuncian la falta de seguridad y el colapso de alumnos, esto último algo habitual en los centros educativos de Orihuela Costa por sus singulares características. La incertidumbre acerca de la construcción del tercer colegio en la costa aumenta también el malestar entre la comunidad educativa.
El CEIP Playas de Orihuela sufrió un incendio en 2017 a causa de una incorrecta instalación eléctrica. Desde este accidente, las familias temen que vuelva a ocurrir y sin embargo, denuncian que los extintores están caducados desde 2018. Además, la puerta de emergencias aseguran que está rota. A estos problemas, se añaden otros como la falta de sombra en los patios, los cuales también se anegan completamente cada vez que llueve.


Por otro lado, la llegada de alumnos durante todo el curso a Orihuela Costa también afecta a este colegio. Pese a que en el curso 2018/2019, coincidiendo con la mudanza al edificio de la calle Pino Piñonero, la Conselleria de Educación reconoció al centro como «centro de acción educativa singular» (CAES), reconociendo así la vulnerabilidad social de la comunidad. Esto obliga a reducir el ratio en las aulas que comienza a implantarse progresivamente desde los tres años. El número de alumnos por clase en los centros CAES debería de ser entre 15 y 20 alumnos.
En el curso 2018/2019 se comenzó en un nuevo edificio con 18 aulas. Desde entonces han ido aumentando hasta llegar a las 32 aulas. Es un dato llamativo ya que el colegio, en un principio, está diseñado para acoger tres líneas, lo que implica un máximo de 27 aulas y, actualmente, está sobrepasando un 18% de su capacidad original. Para ello, han tenido que sacrificar espacios para crear nuevas aulas: las dos aulas de apoyo se han convertido en una clase de Segundo de Primaria; un aula taller se ha transformado en una clase de Sexto; la sala de usos múltiples ha sido ocupada por las otras dos clases de Sexto y el aula de psicomotricidad ha pasado a ser una clase de infantil.
Las familias del centro no están de acuerdo «con que nuestros hijos e hijas sigan perdiendo espacios necesarios para su óptima educación. Si se sigue con la matriculación descontrolada durante el curso solo nos quedan por sacrificar espacios tan importantes como la Biblioteca, el Aula de Música, la de Informática o el gimnasio». La saturación conlleva también un problema en cuanto al personal del centro: los profesores no son suficientes para atender adecuadamente a todos los alumnos y las familias aseguran que «es necesario reforzar el servicio de limpieza, durante la pandemia éramos los propios padres los que íbamos a limpiar, ahora hay una persona a jornada completa y dos a media jornada, sigue siendo insuficiente», y además añaden que «solo hay un conserje para 700 niños».
El AMPA insiste en que «es un edificio nuevo en el que empezaron hace 5 años y se entregó sin terminar, como un balcón sin una barandilla de seguridad que tuvimos que pagar los propios padres para evitar sustos. Es incomprensible que un colegio nuevo tenga tantos problemas, como si fuera un centro que está viejo».
Respecto a la construcción de un tercer colegio en la costa, la incertidumbre les preocupa ante el cambio constante de ubicaciones que les han comunicado porque temen «que la construcción se retrase más de lo previsto». La realidad educativa en Orihuela Costa se puede contrastar con la situación del otro colegio que hay en el litoral oriolano, el CEIP Los Dolses, que también presenta múltiples problemas y exige una ampliación, así como la necesidad de un colegio más que descongestione las aulas.
Escucha la entrevista íntegra a miembros del AMPA CEIP Playas de Orihuela en Hoy por Hoy Vega Baja: