OPINIÓN. Ayer día 10 de octubre, conmemoramos el Día de la Salud Mental. Ha sido a raíz de la pandemia, cuando hemos puesto el foco en la importancia de la salud mental y en las carencias y escasos recursos que posee en la sanidad pública. Pero hay que destacar que mucho antes de la pandemia, la enfermedad mental ya existía y era la gran olvidada en la sociedad, así como un tabú para muchas personas. Hasta hace unos años, las personas que tenemos algún familiar con enfermedad mental, lo hemos vivido con normalidad, pero a veces con la impotencia de tener que escuchar comentarios insultantes y dolorosos sobre las personas que más queremos.
Por desgracia, nadie está libre de las enfermedades, ya sean propias o de personas de nuestro entorno, y mucho menos de las enfermedades mentales, por lo que debemos darles un trato de normalidad a la enfermedad, alejando los comportamientos del miedo, rechazo y negación en la sociedad. Cuando a una familia le llega un diagnóstico de estas características, es desolador y desesperanzador, porque surgen los miedos, temores y con ello el sufrimiento, pero para paliar esto, necesitamos una sanidad pública que tenga los recursos necesarios y suficientes para atender a enfermos y familias, que de una atención eficaz y rápida para los usuarios, no teniendo que esperar cerca de un año, para una primera consulta, que cuando eso se produce, en la mayoría de casos es demasiado tarde.
Conocer y aprender desde edades tempranas a gestionar nuestras emociones, expresarlas, sentirlas y vivirlas es un aprendizaje esencial y necesario para darnos cuenta de que todas las emociones son válidas y a la vez, podremos desarrollar mecanismos para afrontar la ansiedad, que es el mal endémico de este siglo. También ayudará a pedir ayuda en el momento en que sintamos emociones que nos hacen sufrir a nosotros o a los demás.
Las enfermedades mentales no son motivo de rechazo social, miedo o vejaciones, como han sufrido y sufren por desgracia muchos pacientes. Son personas, como tú y como yo y que necesitan el apoyo sanitario y social que merece cualquier enfermo. Mañana, tú o yo podríamos padecer una enfermedad mental, porque de las enfermedades, por desgracia nadie está libre.